Cine en Redes: Cómo los Influencers como Javier Ibarreche Reemplazaron a la Crítica Tradicional

El debate cinematográfico en redes sociales ha mutado: ya no se discuten películas, sino las opiniones de los influencers. Figuras como Javier Ibarreche concentran un nuevo poder donde las audiencias, en lugar de analizar films, adoptan ciegamente sus argumentos o atacan visceralmente sus críticas, transformando el diálogo cultural en una batalla de lealtades tribales.

Creadores de contenido como el mexicano Javier Ibarreche—quien saltó de TikTok a los Oscar—, cuya autoridad no se basa en la erudición cinéfila sino en el carisma y una "honestidad" percibida que genera intensas relaciones parasociales con su audiencia.

El caso Barbie ejemplificó la polarización. Cuando Ibarreche emitió una crítica moderada sobre la película, señalando que "no llenó sus expectativas", fue atacado masivamente no por sus argumentos, sino bajo la premisa de que "no la entendió por ser hombre". La reacción demostró que el valor de una opinión ahora depende más de la identidad del emisor que de su contenido.

Este fenómeno se sustenta en mecanismos psicológicos y de plataforma. Las "cámaras de eco" y las relaciones parasociales—vínculos unilaterales donde los seguidores desarrollan una lealtad afectiva—fomentan que las audiencias adopten opiniones sin cuestionarlas. Prueba de ello fue el uso de inteligencia artificial para clonar la voz de Ibarreche en una reseña falsa, explotando la confianza ciega de sus seguidores.

Los propios creadores rechazan el rol de "críticos", pero la audiencia los ha convertido en líderes de opinión. Ibarreche declara que evita hablar mal de películas, prefiriendo actuar como curador. Sin embargo, esta dinámica ha vaciado el debate cinematográfico, reemplazando el análisis por la adhesión o el repudio tribal, donde la película es solo un pretexto para conflictos identitarios más profundos.